La confianza es uno de los elementos que más se valora en las personas y líderes. La ausencia de confianza en uno mismo puede ser vista como un factor de debilidad. En cambio, un exceso de confianza nos puede llevar a la arrogancia.
Pero ¿dónde está el punto óptimo? Aquí es donde se hace necesario incorporar la dosis de humildad. La perspectiva o actitud curiosa del “sólo sé que no sé nada”.
Liderar requiere igual dosis de confianza y seguridad en uno mismo, como de humildad.
Un líder que lidera desde la humildad es alguien que confía y está seguro de sí mismo, pero que también es lo suficientemente humilde como para cuestionar sus propias ideas y escuchar las ideas de los demás antes de tomar decisiones importantes.
Esta actitud de apertura y flexibilidad puede ayudar a crear un ambiente de trabajo más colaborativo y productivo, donde se valora el aporte de todos los miembros del equipo y emerge toda la inteligencia colectiva.
¿Cómo reconocer en la práctica el liderazgo humilde? Los rasgos más comunes son:
Se guían por Valores
Tienen flexibilidad para cambiar sus ideas e incluso creencias, pero al mismo tiempo se guían por sus valores que son sólidos, conscientes y coherentes.
Círculo de Retadores
Se rodean de personas que retan sus ideas. Evitan el sesgo de confirmación, es decir, tomar en cuenta sólo aquella información u opiniones que concuerdan con sus ideas u opiniones preconcebidas. Buscan justo lo contrario.
Integrativos
Ven la realidad como una amalgama de grises en lugar de blanca o negra. No piensan en modo dicotomía (esto o lo otro) sino en modo integrativo (esto y lo otro).
Perspectiva 360º
Antes de tomar una decisión siguen un proceso deliberativo donde escuchan y toman en cuenta el máximo de opiniones posibles. Saben que no existe la decisión perfecta pero sí la mejor decisión que es posible tomar.
Determinación
Evitan la parálisis por análisis. Una vez cerrado el proceso de deliberación tienen determinación en llevar adelante la decisión tomada.
¿Te reconoces en este estilo de liderazgo? ¿En todo? ¿En algunas partes?
Artículo de:
Patricia Aznar Santamaria
Inspirado en el libro de Adam Grant “Think Again”